miércoles, 23 de abril de 2014
Ana, la compañera de Juan
tenía una hermana gemela, Malvina. Eran muy parecidas y a la vez muy distintas. Cuando mataron a Ana, se fue a España y no volvió hasta los noventa. Sabiendo que Juan se ganaba la vida vendiendo su esperma usó los contactos de la familia para obtener los datos y junto a su pareja, Paula, decidieron usar el esperma de Juan para concebir un bebé. Malvina fue la madre, nació una hermosa niña a la que llamaron Ana. La misma Ana que a los 16 años usó las influencias de la familia para encontrar a su padre.
Ana escribe en su blog
mil vidas vivimos, vamos eligiendo una a una, momento a momento. Hay que estar alerta, podemos anticipar historias y prevenir malos momentos. Vibramos como una radio y nuestras proyecciones generan en mundos distantes imágenes de nuestro ahora. ¿Viste cuando el aire está denso? Y entre esa persona sentada al otro lado de la habitación y vos, hay una mala vibra, un choque de ondas que va in crescendo y que se alivia cuando la secretaria abre la puerta. Ese es un ejemplo de las ondas que te digo que emitimos los humanos.
Mil vidas vivimos, pero ese es otro contar.
Mil vidas vivimos, pero ese es otro contar.
martes, 22 de abril de 2014
Suena tres veces
la campanita del teléfono celular con el ringtone de los Stones, Jazz atiende, pero antes que diga nada.
Ana: Hola.
Jazz: ¿Si?
Mi nombre es Ana estoy buscando a Juan, ¿sos vos?...
¿Ana?... ¿Ana qué?
Ana de La Plata, busco a Juan, el de las lluvias.
No soy yo, equivocado.
Jazz cuelga el teléfono asustado y se queda mirando fijo mientras llueve la ventana.
Ana desilusionada ve en su ventana el reflejo de una luz violácea.
sábado, 19 de abril de 2014
Lonie six
Soy hija de Juan, no me gusta llamarlo Jazz Vudú. No sabe de mi existencia, la única vez que hablé con él para explicarle quien era estaba tan borracho que no se acuerda de nada. Ya estoy grande, tengo 16, ya no lo necesito tanto como cuando era una niña. Me alcanza por pasar por su casa de vez en cuando, verlo de lejos mientras bromea con sus amigos. Nunca me faltó nada pero me surgían preguntas sobre mi identidad ¿Por qué me gusta escuchar música con los pies en la ventana? ¿Por qué odio matemáticas y me gusta el chocolate? ¿Por qué late mi corazón cuando escucho cumbia?
Al girar en la góndola del supermercado Lonnie se choca con Jazz, se cae una botella de leche y explota en el piso. Jazz sonríe, hola hermosa le dice, Lonnie se marcha avergonzada. Jazz: Pendeja de mierda, me tiró la leche.
sábado, 5 de abril de 2014
sábado, 29 de marzo de 2014
Cuando me llamaba Juan
Crecí en una época en donde el tiempo pasaba muy lento, afortunadamente. Los años de la primaria se me vienen cargados de recuerdos, de chicas, de compañeros, de directoras y de choripanes con salsa. Uno de esos recuerdos les quiero contar, fue a mis nueve o diez años. Tenía un compañero que jugaba muy bien al futbol, hubiese triunfado en primera pero vivíamos muy lejos y en esos tiempos no se ganaba la plata de hoy así que tampoco le interesaba. Jugaba muy bien, se llama Valdebenito. Ibamos juntos a la escuela, a quinto o sexto grado. Un día que no teníamos maestra nos llevaron a jugar al futbol al baldío de la vuelta. Entre él y otro que jugaba bien armaron los equipos. Pan queso pan queso pan queso pan. Iban eligiendo uno a uno, noté que no tenían mucho interés en elegirme porque fui quedando para el final junto a uno al que no le gustaba el futbol. Recuerdo la cara de Valdebenito, de compromiso eligiéndome. Debo decir en mi defensa que era uno de los más chicos de edad. Con Valdebenito éramos un poco amigos pero cuando de futbol se trataba eso quedaba de lado. Él era el goleador del equipo. Agarraba la pelota y se los pasaba a todos, tacos, caños y chilenas. Pero eso día no fue tan sencillo. Cuando estábamos por terminar íbamos dos a dos. Valdebenito recuperó la pelota, en nuestra linea de meta casi, tiró un sombrero y picó para adelante, eludió a dos como con un plumero, pecheó al grandote que jugaba de defensa, yo corría junto a él, me miró de reojo mientras eludía al arquero, como se pasó un poco prefirió pasármela a mi, para que definiera. La pelota venía despacito, despacito, despacito junto a la raya imaginaria del arco, sólo había que empujarla. Recuerdo esos segundos previos, la respiración en mi cuerpo, los gritos de Valdebenito, la ansiedad por gritar gol!, ese temblequeo en las patas y esa patada desafortunada que contra todas las leyes de la física se escapó por arriba del travesaño. Valdebenito me miró tan mal, tan mal, tan mal que me fui caminado despacio, con la cabeza gacha y el guardapolvo en la mano. Escuchando los gritos de la directora para que me apurara.
Con Valdebenito nos hemos vuelto a encontrar y nos reímos del asunto.
Con Valdebenito nos hemos vuelto a encontrar y nos reímos del asunto.
domingo, 23 de marzo de 2014
Hijos e hijas del rocanrol
Tengo un hijo doctor, es pediatra, vive cerca de acá, a veces pasa con el auto por esta calle. En el barrio viven mas o menos treinta entre ellos la estrella pop local que da conciertos por toda América cantando busco a papá. Tengo un hijo bombero y otro abogado. Unas mellizas con síndrome de down, tengo dos hijas monjas y dos prostitutas. Un hijo político sindical, varios traficantes de drogas, una nena muy hermosa con una mirada especial, un bebé recién nacido que solo puede tomar la teta. Y me olvido de unos cuantos, sin contar los de la ciudad. Tengo hijos africanos, peruanos y dominicanos, una hija vietnamita, una hija en Gibraltar, quintillizos en Armenia y quién sabe cuantos más.
Los links del cementerio
traen alivio. provocan recuerdos. el link también es electromagnético. vienen señales del cielo y de la tierra. el frío y el viento del otoño invernal, la escarcha de la seis de la mañana. la foto pequeña que indica el lugar y la piedra fría sobre la fresca tierra. camino unos pasos hasta estar frente a él, hundo mis manos en la tierra húmeda y fresca. siento el link en mi corteza visual, se abre una ventana de luz, veo a mi amigo sentado en el bar, hablo del tiempo y de donde pegar, siento su aliento cuando me besa y se va. un pájaro, un tero corta la señal, con eso alcanza, me vuelvo a la cama a dormir y soñar, sar sar sar, ñam ñam.
sábado, 15 de marzo de 2014
About the sed
Yes estoy podrido de tanta merd, a lot of shame, a piece of cake, sí, estoy podrido y hiedo a miel, a shit and honey miel, a long way. Y tengo sed, sed de venganza cruel. A glass of water, a glass of milk, please. If él stay here lo cagaría a trompadas, le patearía su ass. Junkie, sucio y feo, ignorante anteojudo. Dame agua tengo sed. In hell no hace frío, in hell i am not ok, in hell tengo sed, sad and lonely sed. Dame agua mother fucker, me necesito reponer, y cuando este parado again, lo veré a his eyes, and his smile borraré. I need your alta gracia, your peace and love again, para sacarme de adentro la sequedad de my soul. Only you and tu amor pueden apagar mi incendio, pueden llenar de water mi garganta de papel. Frío y dulce whisky, agua, mate, beer or tears. I hope tu estés at home tonight y que me des de beber.
domingo, 9 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
Las cosas de Ana
Veinticinco años. Junté todo y me fui al desierto. Llevé conmigo la blusa de Ana, su perfume, su adoración por los atardeceres, por el pan de la mañana, sus mates amargos, sus labios dulces, su mirada de asombro, la esquina donde nos conocimos, sus libros de izquierda, su amor por los demás, su cuaderno de anotaciones poéticas, su pensamiento sobre el aborto, su adoración al Che, todos sus amigos muertos en fotos, su primera vez. Junté todo en el desierto, en noche estrellada. Armé una gigantesca pira y la quemé. El fuego iluminó mi alma, subió a los cielos e incineró los recuerdos. Los anuló de mi conciencia aunque sigan allí, al acecho. No puedo volver por esa esquina, ya no tomo mate ni voy a las marchas. Ya ni siquiera deseo otros labios y el amor se ha transformado en placer. Después de tanto fuego se me ocurrió llevar la lluvia al desierto.
miércoles, 5 de marzo de 2014
viernes, 21 de febrero de 2014
Dope escape
Escapándole al resfrío y a la gripe, me escabullí en la radio de un amigo y despegué desde la casa del gato, en el tejado de chapa de zinc. El eter sopor, escuchando la música de del Olmo, tapó el picor de la garganta, el hastío de la mente y el dolor en el cuerpo. Santa dope. Justo ahora no tengo problemas. Encima la música repsicodélica, un temita para esta hora, justo para tipos como vos y yo. ¿Y vos quién sos? Chau pucho, listo el pollo, fuiste alpiste no exististe.
El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza
Da igual aquí que allá. Nada nuevo encontraremos en las colinas de Marte, diferente sí pero no nuevo. La vida es maravillosa y el hecho de que concluya no le quita relevancia. Vivir es también morir. Parece una simple coincidencia la similitud entre nuestro sistema planetario y los átomos, que forman células y luego moléculas que se parecen a las nebulosas. Un punto de partida importante es dejar de lado la escala humana para buscar entender algo. Rápido, lento, grande, chico, todo, nada, son categorías vacías. de contenido. da igual aquí que allá.
sábado, 8 de febrero de 2014
Donar esperma
sin mirar a quien. Una forma de perpetuarse. Dentro de cientos de años un humano parecido a usted andará dando vueltas por allí. No tenga hijos, done esperma.
Milk South, estamos para ayudarlo a acabar con su angustia.
Milk South, estamos para ayudarlo a acabar con su angustia.
viernes, 7 de febrero de 2014
El vuelo de la mariposa
Viento tibio y dulce. Cada aleteo la llena de belleza, el aroma de un delicioso néctar proviene de todos lados. Flores rosas, blancas y amarillas. La luz del sol calienta sus alas y le permite llegar más alto, hasta las nubes, desde allí ve el mundo y lo grande que es. El tiempo corre lentamente, casi al trote. En vuelo casi eterno baja en círculos, cada flor le ofrece un néctar especial, los hay alucinógenos y afrodisíacos. Una macho aletea cerca, es absolutamente bello. Al atardecer los cuerpos se funden en un beso infinito. Llega la noche, todo ha terminado. Mañana quizás vuelva a salir el sol.
miércoles, 5 de febrero de 2014
55 años
Mientras trabajaba como portero en una escuela secundaria conocí a Crisanto, era una persona muy especial, con un encanto extraordinario y una belleza exótica. Tenía 16 años, venía de pase con antecedentes de violencia familiar. Crisanto era travestí y estaba dando sus primeros pasos para vestirse de mujer todo el día. Usaba unas calzas y un topcito. Nunca la vi con una campera o un pulover, me la cruzaba por la calle en invierno y siempre andaba con top o una musculosa, aunque lloviera o nevara, y de minifalda. Los compañeros del curso y en general los varones la miraban mal y la discriminaban todo el tiempo. A cada rato estaba en la dirección por una pelea con alguien que la insultaba. ¡Negro puto! Le decían cuando pasaba por los pasillos. Crisanto tenía mucha personalidad para aguantar ese tipo de bajezas pero también el carácter necesario para ponerle los puntos a cualquiera. Conmigo tenia buena onda, yo le convidaba unos mates en los recreos o cuando se escapaba del aula y andaba dando vueltas. Encima los preceptores no ayudaban, les parecía que Crisanto provocaba y por eso terminaba agredida. Tenía cara de gitana, era muy simpática, todo el tiempo bromeaba y decí cosas divertidas, a veces subidas de tono. Incluso llegó a proponérseme y se rió cuando me negué. A pesar de que ya le habían advertido volvió a venir maquillado, no la dejaban pero a las mujeres si. Recuerdo haber visto a una preceptora que la llevaba al baño y la obligaba a sacarse el maquillaje. Terminó dejando la escuela. Me enteré que comenzó a prostituirse, primero acá en el pueblo después en la capital de la provincia. Hace unos años me había llegado el rumor de que la habían matado, resultó ser solo un presagio. La volví a ver hace unos meses, la vi de lejos y no me reconoció. No se si me habría saludado, era otra persona. Tendría unos veinticinco años, la alegría de antes ya no estaba, había una persona curtida por la vida en su mirada. Hoy por la web, noticias de Crisanto, asesinada por un menor de 14 años que le dijo puto y después le clavó tres veces un cuchillo tramontina. De madrugada, trabajando, luchando como siempre contra la estupidez humana, cansada de que nadie la entienda y la deje ser libre.
Te voy a recordar siempre Crisanto.
Te voy a recordar siempre Crisanto.
domingo, 2 de febrero de 2014
Recitales
Charly García, The Cult, Sting, Las Pelotas, Tracy Chapman, UB40, Laurie Anderson, David Bowie, Eric Clapton, Keith Richards, Los Ratones Paranoicos, Dave Holland, Vitale y Baglieto, Dino Saluzzi, Javier Malosetti, El Soldado, Peter Gabriel, Mick Taylor, La Carroña Puelche, Steppenwolf, Pappo, Hoppo, Diego Frenkel, Adriana Varela, Capitán América, Kevin Johansen
sábado, 1 de febrero de 2014
11 años
Aprendí a nadar en Plaza Huincul, ciudad petrolera que en esa época estaba en su apogeo. Como no tenían ríos ni lagos por la zona construyeron piletas enormes y desde toda la provincia iban a nadar allí. La tercera vez que fui me tocó parar en la casa de unos chicos mucho más pequeños que yo, era una especie de intercambio estudiantil, nosotros los recibíamos en invierno cuando venían a esquiar y ellos en verano para aprender a nadar. La madre de los chicos era muy hermosa y desenfadada, andaba en camisón por todo la casa. Por la noche, a la hora de dormir, estábamos mirando la tele con los chicos en la cama de sus padres, de repente entró la madre, se sacó el camisón y se quedó en remera y bombacha, yo me puse nervioso y se me erizó toda la espalda. Ella se acostó en la cama junto a nosotros, notó que me había puesto colorado y me sonrió de una manera que me pareció muy provocativa, después llegó el padre, también se acostó aunque por suerte nos mandó a todos a dormir. Cuando estábamos acostados y hablaba con los chicos, uno de ellos pronunció, en el medio de una historia que nos contaba, una palabra que nunca me había animado a pronunciar, coger. Me costó dormirme esa noche. A la mañana siguiente mientras la empleada nos servía el desayuno en la cocina aparezco yo en la televisión, era la nota que me habían hecho una semana atrás por el ovni que vimos en un campamento. Fue una situación rara para todos. En esa época había un solo canal y no era común aparecer en la tele. La madre me empezó a mirar diferente, como con miedo, los chicos me miraban como un héroe y la señora que trabajaba en la casa me sonrió con dulzura. Quien presentaba la nota era el nefasto Gómez Fuentes, recuerdo que se burló de nuestra inocencia. Mas tarde en la pileta me negué a aprender el estilo mariposa.
viernes, 31 de enero de 2014
14 años
Las clases de educación física durante el secundario no me atraían mucho, siempre me gustó el deporte pero como juego no como competencia. Me acuerdo haber escuchado esa tarde, antes de ir a la clase, un disco de vinilo de Black Sabbath que me había traído un tío de Londres. Quizás fue el riff el causante de todo lo que iba a pasar en la clase de basket. El profesor era un hombre muy serio y austero. Ferviente católico y adorador del orden y el respeto, nos decía ¡mocoso olor a leche! cuando nos retaba. Nos obligaba a ir en pantalón corto y se enojaba cuando alguien se salía de su esquema. Tiempo después, pasados los años, me di cuenta de que este profesor era en realidad un buen tipo. Yo estaba pasando por un buen momento basquetbolístico y eso lo decidió al profesor para elegirme como capitán de uno de los cuatro equipos. Cada capitán, uno a la vez, iba eligiendo a los jugadores para su equipo. Primero se elegían los más habilidosos y para el final quedaban los peores, que eran siempre los mismos, el Flora, el Michael, Lamas con sus anteojos culo de botella y el petiso Castillo. Se me ocurrió que ese día las cosas podían ser diferentes. Al primero que elegí fue a Lamas, todos se quedaron duros, Lamas no lo podía creer, al profesor se le transformó la cara pero no podía decir nada, ni mu, cuando me toca elegir de nuevo aún quedaban jugadores destacados pero elegí al Flora, que era bastante torpe con su voluminoso cuerpo punk, ya el profe me miraba con furia asesina, pero claro ni mu, así eran las reglas que el mismo había creado. Bueno después elegí al Michael y al final al Petiso. Me dio bronca las burlas de los otros equipos y también que alguno pensara que lo había hecho para humillarlos. Me propuse salir a ganar. El primer partido nos mataron, era a tres dobles y nos sacaron enseguida, cuando salimos de la cancha estábamos todos mal. Me miraban enojados como diciendo ¿pero vos sos boludo? Empecé a animarlos, a decirles que podíamos ganar, que pongamos el mayor esfuerzo. Corrí como nunca, defendía y atacaba, realmente estaba pasando por un buen momento pero igual el segundo partido nos mataron de vuelta. Sin embargo no los noté tan desanimados, habían podido soltarse bastante y darse de cuenta de que podían jugar e incluso hacerlo bien. El último partido nos tocó con el equipo que venía ganando, estaban los mejores, el flaco Grego que medía dos metros, Gory, Nahuelquín, la crem de la crem del basquet local. Empezó el partido y pude robar un pase y nos pusimos adelante enseguida, eso hizo que a todos nos inundara una sensación de euforia y ansia de victoria. Jugamos muy bien, defendíamos todo, el Flora robaba pelotas, Michael corría y hacía buenos pases, en eso el Grego toma un rebote de Lamas y en una corrida en la que nos pasa por arriba la vuelca de forma espectacular. Bueno, no alcanzamos a recuperarnos que Gory mete un doble de mitad de cancha, aun no existían los triples. Dos a uno, si metían otro íbamos. Me acuerdo que el Michael sacó desde la linea y se la pasó al Petiso, este le dio un pase de rebote a Lamas, quien con su cara de bolita japonesa esquivó a Gory y de espaldas se la pasó al Flora que tenía el aro libre pero se quedo inmóvil con la pelota en la mano, todos le gritamos: ¡¡¡Flora!!! ¡¡Dale!! Y justo cuando lo iban a tapar lanzó y metió el doble. Otra vez todos se quedaron duros, hasta ese momento nadie nos prestaba atención, nuevamente al profesor se le transformó la cara, no sabía cual era la que tenía que poner, estaba por terminar la clase. Me gustó mucho ver la cara de preocupación de los que antes se reían. Nos juntamos a hablar, no se quien dijo que cosa, creo que yo los arengué para que ganemos, para que les demostremos no se que, que los teníamos agarrados y que todo no era tan cruel. Sacó el Grego, se la pasó a Gory que se la dio a Nahuelquín, cuando lo marqué, lo esquivó al Flora y desde arriba del Petiso nos marcó un doble que hoy también valdría tres. Todo volvió a la normalidad, de repente salimos de esa burbuja que habíamos creado.
El profesor nunca más me eligió como capitán.
El profesor nunca más me eligió como capitán.
miércoles, 29 de enero de 2014
35 años
Jazz miró de reojo la entrepierna de la secretaria de la clínica. Le encantan ese tipo de uniformes en las mujeres. Era ella joven y bella. Al sentirse observada se ruborizó y empezó a mirarlo pero Jazz no la vió porque se había colgado a mirar por la ventana el edificio de enfrente donde una pareja de ancianos tomaba el té mirando el atardecer. Se abrió una puerta y salió velozmente un adolescente flaco y desgarbado, le entregó el recipiente a la enfermera y guardó el dinero en su bolsillo. Jazz miró a la enfermera, que con una leve sonrisa le hizo el gesto para pasar al cubículo. Jazz entró y cerró la puerta. Era bastante chico, había una cama, un perchero, una mesa con revistas pornográficas, preservativos y vaselina. También había una cámara oculta. Jazz hojeó las revistas, tomó una y se echó a la cama pero se levantó de inmediato pensando en el joven que acababa de salir. Se sentó en la silla y desabrochó su pantalón. Se sintió observado, comenzó a recorrer la habitación buscando la cámara oculta pero nunca la encontró. Decidió tocarse los genitales mientras observaba en una revista una escena de sexo anal, lo intentó durante unos minutos sin lograr excitarse. Se le ocurrió espiar a la secretaría, entreabrió la puerta y comenzó a masturbarse mirándola, justo ella se había levantado para hablar con otra persona que acababa de llegar brindándole el paisaje anhelado. En dos minutos acabó entre gemidos ahogados, cerró rápidamente la puerta ante la sorpresa de la secretaria. Esperó varios minutos antes de salir, le entregó el recipiente sin mirarla a los ojos. No contó el dinero y se fue sin saludar. Afuera lo esperaban sus amigos, se fueron a comprar una bolsa al Mondongo.
lunes, 27 de enero de 2014
Biography
Jazz Vudú nació en Buenos Aires el 18 de abril de 1951, un año después su familia se mudó a un pequeño pueblo de la cordillera neuquina. Tuvo una infancia feliz y muy intensa, pasó por situaciones muy fuertes para un niño, escenas que más adelante les contaré. En la secundaria se profundizó su interés por el arte y al finalizarla viajó a estudiar a La Plata. Mientras estudiaba Jazz se enamoró perdidamente de una morocha salteña que militaba en el centro de estudiantes, Ana. En unos pocos meses se fueron a vivir juntos. Ella participaba activamente en la juventud peronista. El interés principal de Jazz era otro, su pasión era el arte. Acompañaba a Ana a las marchas y asambleas estudiantiles y fue a parar a la comisaría varias veces pero sin muchos sobresaltos. Una mañana de abril del 76, mientras desayunaba en su casa lo llamó una compañera de su mujer para decirle que Ana había sido asesinada en una redada policial. Jazz no la había acompañado esa mañana porque quería terminar un cuadro. A partir de ese momento la desesperanza y la apatía llenaron el corazón de Jazz, volvió a su pueblo sin terminar sus estudios y pasó por una oscura etapa depresiva que duró varios años. Se aisló de todo, de sus amigos, de su familia y de lo que antes le interesaba. Nunca más tuvo una pareja estable. A los 35 años comenzó a donar su esperma y lo siguió haciendo ininterrumpidamente toda su vida. A los cuarenta se fue a vivir al desierto donde fundó una prospera empresa de lluvias que lo hizo millonario. Por una amiga que trabajaba en el banco de semen se enteró que había tenido mas de 200 hijos e hijas. Nunca quiso saber quienes eran pero ahora a sus sesenta años una de sus hijas se comunicó para conocerlo.
Sueños
El sueño del fin del mundo, en una plaza de verano una nena corta una flor y el mundo explota, llegué a soñar pedirle a Dios no tener mas esa pesadilla. Tuve que esperar un buen rato antes de que me atendiera, los dos sentados en unos sillones muy grandes, él estaba de espaldas. A regañadientes me concedió el deseo y nunca más lo volví a soñar.
Los sueños en que puedo volar, en ellos sólo hay que proponérselo, siempre es de noche en una esquina del barrio, comienzo a sentirme liviano, a flotar en el aire y luego simplemente a volar.
Los sueños malos, terribles, en donde hacemos cosas horribles a quienes más queremos.
El sueño paranormal, me despierto y no me puedo mover por minutos mientras sale una luz del armario.
Los sueños que se mezclan con los sueños de los demás, intersueños.
Los sueños que se olvidan al despertar.
Los sueños despierto.
Los sueños en que puedo volar, en ellos sólo hay que proponérselo, siempre es de noche en una esquina del barrio, comienzo a sentirme liviano, a flotar en el aire y luego simplemente a volar.
Los sueños malos, terribles, en donde hacemos cosas horribles a quienes más queremos.
El sueño paranormal, me despierto y no me puedo mover por minutos mientras sale una luz del armario.
Los sueños que se mezclan con los sueños de los demás, intersueños.
Los sueños que se olvidan al despertar.
Los sueños despierto.
sábado, 25 de enero de 2014
Escenas
La tarde de la caída en bicicleta, el salto desde lo alto de la subida de ripio.
La caja que se movía sola en mi habitación a oscuras.
Saltando en paracaídas desde una avioneta, contando un elefante dos elefantes tres elefantes, escuchando el silencio y estrellándome en los arbustos con espinas.
La luz de la ventana de mi habitación en la casa interminable, donde voló el tubo de ensayo.
En el árbol de cerezas, subido bien alto, mirando el sol entre las ramas de verano.
Los cuarenta días y cuarenta noches en que tuve hepatitis, escondiéndome del doctor debajo de la cama, abriendo cada noche un nuevo regalo, un avioncito, un coche o un caramelito.
Caminando desnudo por la calle para una escena de un cortometraje, a las seis de la mañana mientras salía el sol.
Caminando intoxicado en una cornisa, con la camisa al aire y la mente occisa.
En el tren hacia una marcha, en el tren al mar, en el tren al sur con baguyo.
En la tele cuando nos entrevistaron por el ovni que vi de niño en un campamento. Bailando lentos en un asalto, tetas vasos y besos.
Viendo a mi padre en la tele dando un discurso, en blanco y negro por circuito cerrado.
Escondiéndome en el armario durante las horas de matemática y biología.
Buscando un trébol de cuatro hojas en una cancha de fútbol.
jueves, 23 de enero de 2014
Time
Lo que más se parece a percibir la realidad es darte cuenta del paso del tiempo.
Ya tengo nietos, ahora soy un viejo.
Quiero contarles algunos de los momentos que viví, muchos ya he olvidado sin embargo tengo una historia para cada linda palabra, lluvia, baldío y bicicleta, pelea, fiesta y compromiso. Absolutas creaciones de mi recóndito mundo interior. Las comparto para que no se pierdan en mi mismo.
También me pregunto en que mundo he vivido y cuanto de real hubo en todo esto. ¿Es la realidad un invento que no sirve para nada como la palabra todo o la palabra nada? La realidad si existe es por que la creamos, aparece entonces en nuestros sueños, en el espejo cada día o en un viaje hacia las fronteras de la percepción.
En fin, un anecdotario de apariencias transparentes, importantes para la constitución de mi subjetividad y que revelo por vuestra ansia vouyerista, característica de la época que comparto.
Mi nombre es Jazz Vudú y soy donador de esperma.
Quiero contarles algunos de los momentos que viví, muchos ya he olvidado sin embargo tengo una historia para cada linda palabra, lluvia, baldío y bicicleta, pelea, fiesta y compromiso. Absolutas creaciones de mi recóndito mundo interior. Las comparto para que no se pierdan en mi mismo.
También me pregunto en que mundo he vivido y cuanto de real hubo en todo esto. ¿Es la realidad un invento que no sirve para nada como la palabra todo o la palabra nada? La realidad si existe es por que la creamos, aparece entonces en nuestros sueños, en el espejo cada día o en un viaje hacia las fronteras de la percepción.
En fin, un anecdotario de apariencias transparentes, importantes para la constitución de mi subjetividad y que revelo por vuestra ansia vouyerista, característica de la época que comparto.
Mi nombre es Jazz Vudú y soy donador de esperma.
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