sábado, 25 de enero de 2014

Escenas

La tarde de la caída en bicicleta, el salto desde lo alto de la subida de ripio. La caja que se movía sola en mi habitación a oscuras. Saltando en paracaídas desde una avioneta, contando un elefante dos elefantes tres elefantes, escuchando el silencio y estrellándome en los arbustos con espinas. La luz de la ventana de mi habitación en la casa interminable, donde voló el tubo de ensayo. En el árbol de cerezas, subido bien alto, mirando el sol entre las ramas de verano. Los cuarenta días y cuarenta noches en que tuve hepatitis, escondiéndome del doctor debajo de la cama, abriendo cada noche un nuevo regalo, un avioncito, un coche o un caramelito. Caminando desnudo por la calle para una escena de un cortometraje, a las seis de la mañana mientras salía el sol. Caminando intoxicado en una cornisa, con la camisa al aire y la mente occisa. En el tren hacia una marcha, en el tren al mar, en el tren al sur con baguyo. En la tele cuando nos entrevistaron por el ovni que vi de niño en un campamento. Bailando lentos en un asalto, tetas vasos y besos. Viendo a mi padre en la tele dando un discurso, en blanco y negro por circuito cerrado. Escondiéndome en el armario durante las horas de matemática y biología. Buscando un trébol de cuatro hojas en una cancha de fútbol.