miércoles, 30 de julio de 2014

1, 2 y 3 años

Que difícil es recordar algo de aquella época, haciendo un gran esfuerzo logro rescatar algunas imágenes y sensaciones. Se me aparece un ding dong y con él la sensación de libertad que me producía usarlo. Hacía juegos tratando de llegar a lugares altos y alejados de la habitación. Recuerdo la luz de la mañana inundando las paredes junto a mis risas y balbuceos. No recuerdo a mi madre ni a mi padre en esos años, quizás porque al principio pensaba que eran parte de mi.

viernes, 25 de julio de 2014

Árboles azules

piernas de caramelo. Cuando tengas tiempo pasate por el negocio, hoy encontré brillantes en el almuerzo, si, de lo mas raro el sabor, si, como una cereza. Esos árboles azules, se mueven por el viento. La brisa de polen recorre la comarca, encontré uno de estos árboles en la casa de un amigo que vive en el lago, a más de ciento cincuenta kilómetros. ¡Oh! ¡mis piernas de caramelo otra vez! Nada más gracias, ¿con quién hablo? Con una hermosa musa vampiresa, mejor traeme otro igual, gracias. No sabés lo que es, un bombón, tiene un culo, si claro como si vos no, me quedo un rato y te paso a ver, ¿qué te parece? Dale hermosa, dale llevo forros y champagne, eso se que te pone mimosa, daledale.

jueves, 24 de julio de 2014

Una morocha, una rubia y una pelirroja

a la vez. Jazz escribe en su blog. He sido muy afortunado con las mujeres, algo que resulta bastante inverosímil teniendo en cuenta mi atormentada niñez y adolescencia. Mi mayor mérito con ellas es haber rechazado a muchas. A las que más recuerdo son justamente aquellas a las que no le di cabida. Sin embargo con esos actos les he demostrado caballerosidad y se que secretamente me lo agradecen. No es fácil rechazar a una mujer hermosa pero siempre me ha parecido superior el valor de la fidelidad cuando es correspondido. Por suerte era soltero cuando conocí a estas tres hermosas mujeres, se dio la casualidad que tuve los romances con ellas al mismo tiempo, pude cumplir el sueño de salir los jueves con una fogosa morocha salteña, los viernes con una rubia divina y el sábado con una pelirroja intelectual que estudiaba antropología. El idilio duró varios meses, esas tres mujeres me dieron la seguridad que se necesita para encarar a una dama, tuve mucha suerte por aquellos años. Hoy a la distancia las sigo de vez en cuando por las redes sociales, la morocha está felizmente casada en Alemania, la rubia terminó casándose con su novio basquetbolista, de la pelirroja no se nada porque no recuerdo su apellido. Hermosos pubis multicolores, besos rojos, negros y amarillos. Besos que metamorfosearon mi vida, besos de libertad y pasión, besos de mi juventud.

martes, 22 de julio de 2014

¡Ring! ¡ring!!

Jazz atiende el teléfono en la cama, era el quinto llamado de esa mañana y no había atendido ninguno de los otros cuatro.
Jazz: Hola.
Jaydy: Hola, ¿señor Jazz Vudú? lo llamo desde el Instituto Nacer, mi nombre es Jaydy
Jazz: ¿Sí?
Jaydy: Hay un hijo suyo que quiere conocerlo.
Jazz: ¿Otra vez?
Jaydy: Yo debo preguntárselo cada vez que sucede.
Jazz: Pero siempre contesto lo mismo, no quiero ningún tipo de contacto con mis hijos o hijas, ¿está claro?
Jaydy: Yo sé lo tengo que preguntar.
Jazz: Ahorrate el llamado.
Jaydy: Que tenga usted buen día señor Vudú.
Jazz: Gracias Jaydy, que tengas un buen día vos también.

lunes, 21 de julio de 2014

Deje su mensaje después de la señal

Hola, anoche fuiste muy dulce, llamame.

Deje su mensaje después de la señal

Hola señor Jazz Vudú, tengo el agrado de comunicarme con usted para felicitarlo porque es el nuevo ganador de un cero kilometro. La Iglesia de los Santos Perdedores busca de esta manera ayudar a sus feligreses a mejorar su calidad de vida. Lo volveremos a llamar a la brevedad.

Deje su mensaje después de la señal

¡Viejo de mierda! Hacete cargo de los hijos que anduviste teniendo por ahí, ¡tu hija está sentada en una silla de ruedas en el hospital! Y hace un año y medio que no mandás un peso. Te escondés como una rata, pero ahora se donde vivís. Así que ahora te va muy bien haciendo lluvias...

Deje su mensaje después de la señal

Hola, soy Roberto, ¿cómo andás? Hace rato que no te molesto, quería pedirte un favor. Hoy a la tarde hay una marcha y necesito armar el sonido. ¿No me prestarías un ampli y un par de parlantes? Avisame por favor, chau.

miércoles, 16 de julio de 2014

Patagonia de gigantes

Estaba sentado en una banco de una parada de colectivos de una ciudad neuquina, esperando el amanecer. Comienzo a sentir un temblor profundo, cada vez más fuerte y más cercano. Era mi primera vez en la Patagonia y no sabía nada de los gigantes, cuando a 50 metros de mi veo las enormes piernas de un ser cuyo torso y cabeza tapaban los árboles. Tenía un pantalón de gabardina azul y unas All Star anaranjadas. Estaba parado como indeciso mientras comía algo que no alcanzaba a ver pero que por las sobras que caían y rebotaban hasta mis pies parecía ser algo crudo y sangriento. Me aterroricé, una joven madre llevaba a su pequeña niña a la escuela, el gigante al verlas comenzó a perseguirlas para aplastarlas, escaparon de milagro al guarecerse en un pozo de agua. Después el gigante me miró de frente, me quedé quieto mirándolo a los ojos, en ese momento comencé una lluvia, que fue subiendo de intensidad hasta convertirse en granizo. Miró sin comprender, sin dejar de mirarlo inicié una tormenta y comencé a cantar bajo la lluvia, ya saben, la música calma a las fieras. Él bajo la vista y se fue pateando un par de autos viejos. La joven madre y su niña salieron del pozo y me hicieron un gesto de agradecimiento, en ese momento llegó el colectivo.

lunes, 14 de julio de 2014

Anoche hubo sueño colectivo

pero no me acuerdo de que fue. Pensaba Jazz mientras tomaba mate en la cocina de su casa. Suena el teléfono, Jazz atiende.
Ana: Hola, ¿vos también soñaste anoche?
Jazz: Sí, estuvo bueno ¿no? pero no me acuerdo de nada.
Ana: Yo tampoco, ¿de eso se trata no? Cuando nos damos cuenta desaparece.
Jazz: Si claro, pero a veces me angustia un poco el no saber las cosas que inventamos cuando soñamos juntos.
Ana: Si lo soñamos ahora es real sólo tenemos que seguir viviéndolo en la misma sintonía. Cuando alguien se da cuenta se pierde la magia.
Jazz: ¿No me digas que vos crees en la magia?
Jazz cortó el teléfono y refunfuñando se sentó junto a la mesa. Algo lo detuvo cuando intentó prender la radio, ahora no pensó, después la dejo prendida mientras me ducho. Nuevamente el teléfono, era el Zurdo: ¿Qué onda man?
Jazz: Hola, ¿qué pasa Zurdito?
Zurdo: Nada, era por lo de hoy a la tarde.
Jazz: ¿Hoy a la tarde? ¿qué Zurdo?
Zurdo: No sé, el otro día en el bar me pediste que te pase a buscar hoy por la tarde, pero no me acuerdo para que era, por eso te llamé.
Jazz: ¿Vos que soñaste anoche?
Zurdo: Nada, no me acuerdo.
Jazz: No sé, después te llamó.
Jazz cortó, dejó el mate en la mesa y prendió la radio. La música y los locutores no paraban de festejar, música misteriosa de los ritos urbanos, hay una canción de fondo que todos cantan. Jazz camina hacia el baño, antes de entrar se detuvo a oír la canción, dudo un momento y se metió a la ducha.
Jazz: ¿Qué raro? esa canción me suena muy familiar pero no con esa letra, parece de Creedence, pero... no, ¿qué era?
Abrió el grifo de la ducha, se metió de cabeza en el chorro de agua caliente. No podía escuchar nada, no quería seguir escuchando, un grito subió desde lo más profundo de su ser e inundó el baño haciendo temblar el vidrio y asustando al gato. En ese mismo instante se escucharon miles de gritos provenientes de las casa vecinas, que como en un reguero de pólvora se multiplicaron de barrio en barrio, de pueblo en pueblo, a la velocidad de la luz, sin dejar recuerdos, se fue.
Jazz: La puta madre que los parió, alemanes putos.
Jazz se había acordado que tenía que hacer con el Zurdo, iba a pasarlo a buscar para ir a festejar con un asado por el campeonato. Jazz descubrió el sueño colectivo y éste estalló en miles de hogares a la vez, de un momento a otro volvimos todos al triste lunes futbolero.