miércoles, 23 de abril de 2014

Ana, la compañera de Juan

tenía una hermana gemela, Malvina. Eran muy parecidas y a la vez muy distintas. Cuando mataron a Ana, se fue a España y no volvió hasta los noventa. Sabiendo que Juan se ganaba la vida vendiendo su esperma usó los contactos de la familia para obtener los datos y junto a su pareja, Paula, decidieron usar el esperma de Juan para concebir un bebé. Malvina fue la madre, nació una hermosa niña a la que llamaron Ana. La misma Ana que a los 16 años usó las influencias de la familia para encontrar a su padre.