sábado, 29 de noviembre de 2014

Esas locas ondas electromagnéticas,

de como un hijo no reconocido de Jazz desarrolló una tecnología que mediante unos anteojos permitía ver las ondas electromagnéticas. Y ya nada fue igual, la abrumadora cantidad de ondas y rayos que nos atraviesan hace un siglo y medio quedaron a la vista. Las montañas verdes atropelladas por ondas multicolores. Las ciudades embrujadas en un enjambre infernal de ondas de radio. Luego el hijo de Jazz fue mas allá y logró dotar de color rojo las ondas cancerígenas. Lo único que había que hacer era ponerse los anteojos y esquivar los rayos rojos, el problema es que están por doquier. Por lo menos ahora sabemos porque nos morimos, y todo gracias a Caín, uno de los quinientos hijos que tuvo Jazz.