lunes, 14 de julio de 2014

Anoche hubo sueño colectivo

pero no me acuerdo de que fue. Pensaba Jazz mientras tomaba mate en la cocina de su casa. Suena el teléfono, Jazz atiende.
Ana: Hola, ¿vos también soñaste anoche?
Jazz: Sí, estuvo bueno ¿no? pero no me acuerdo de nada.
Ana: Yo tampoco, ¿de eso se trata no? Cuando nos damos cuenta desaparece.
Jazz: Si claro, pero a veces me angustia un poco el no saber las cosas que inventamos cuando soñamos juntos.
Ana: Si lo soñamos ahora es real sólo tenemos que seguir viviéndolo en la misma sintonía. Cuando alguien se da cuenta se pierde la magia.
Jazz: ¿No me digas que vos crees en la magia?
Jazz cortó el teléfono y refunfuñando se sentó junto a la mesa. Algo lo detuvo cuando intentó prender la radio, ahora no pensó, después la dejo prendida mientras me ducho. Nuevamente el teléfono, era el Zurdo: ¿Qué onda man?
Jazz: Hola, ¿qué pasa Zurdito?
Zurdo: Nada, era por lo de hoy a la tarde.
Jazz: ¿Hoy a la tarde? ¿qué Zurdo?
Zurdo: No sé, el otro día en el bar me pediste que te pase a buscar hoy por la tarde, pero no me acuerdo para que era, por eso te llamé.
Jazz: ¿Vos que soñaste anoche?
Zurdo: Nada, no me acuerdo.
Jazz: No sé, después te llamó.
Jazz cortó, dejó el mate en la mesa y prendió la radio. La música y los locutores no paraban de festejar, música misteriosa de los ritos urbanos, hay una canción de fondo que todos cantan. Jazz camina hacia el baño, antes de entrar se detuvo a oír la canción, dudo un momento y se metió a la ducha.
Jazz: ¿Qué raro? esa canción me suena muy familiar pero no con esa letra, parece de Creedence, pero... no, ¿qué era?
Abrió el grifo de la ducha, se metió de cabeza en el chorro de agua caliente. No podía escuchar nada, no quería seguir escuchando, un grito subió desde lo más profundo de su ser e inundó el baño haciendo temblar el vidrio y asustando al gato. En ese mismo instante se escucharon miles de gritos provenientes de las casa vecinas, que como en un reguero de pólvora se multiplicaron de barrio en barrio, de pueblo en pueblo, a la velocidad de la luz, sin dejar recuerdos, se fue.
Jazz: La puta madre que los parió, alemanes putos.
Jazz se había acordado que tenía que hacer con el Zurdo, iba a pasarlo a buscar para ir a festejar con un asado por el campeonato. Jazz descubrió el sueño colectivo y éste estalló en miles de hogares a la vez, de un momento a otro volvimos todos al triste lunes futbolero.